En Asturias no todo empezó con las calabazas americanas. Mucho antes de que hablásemos de Halloween, ya se celebraba aquí el Samaín, una fiesta celta que marcaba el final de la cosecha y el inicio del invierno. Era un momento de cambio, de oscuridad y de fuego: se encendían hogueras, se hacían ofrendas y se decía que, por una noche, el mundo de los vivos y el de los muertos se cruzaban. Vamos, que ya sabíamos montar un buen Halloween en Avilés siglos antes de que llegara de importación.

Halloween en Avilés

Hoy, ese espíritu ancestral sigue vivo —aunque ahora venga acompañado de telarañas de goma, esqueletos luminosos y más azúcar del que aprobaría cualquier druida—.

Y lo mejor es que los comercios de Avilés se han convertido en parte fundamental de esa transformación: decoran, sorprenden y llenan las calles de creatividad para que la ciudad se contagie de ese aire misterioso que tanto nos gusta.

Escaparates con mucho arte

Estos días, pasear por Avilés es como recorrer un pequeño museo de Halloween al aire libre. Las tiendas se llenan de calabazas, murciélagos, fantasmas y algún susto bien pensado. Detrás de cada escaparate hay alguien que dedica tiempo, mimo y ganas para que la ciudad se vea más viva y atractiva.

Porque decorar no es solo cuestión de estética: es una forma de participar, de decir “aquí estamos”, y de recordar que el pequeño comercio sigue siendo el corazón de Avilés.

Samaín, Halloween… una buena excusa para salir

Da igual cómo lo llames: Samaín, Halloween o “el día que me pongo una capa y salgo sin vergüenza”. Lo importante es aprovechar la ocasión para redescubrir la ciudad. Salir a la calle, mirar escaparates, entrar en esas tiendas en las que siempre dices “otro día paso” y hablar con quienes hacen posible que Avilés siga teniendo alma.

Puede que te encuentres con una decoración tan buena que tengas que sacar una foto (etiquétanos en el Instagram de Avilés Secreta, que nos encantará verla), o que descubras un negocio que no conocías. Y si de paso compras algo, mejor todavía: el comercio local no muerde (salvo que venda galletas con forma de fantasma).

Samain en Avilés

Comprar en Avilés: el verdadero trato

Apoyar el pequeño comercio no es solo una forma de comprar, es una forma de cuidar lo nuestro. Detrás de cada mostrador hay personas que viven aquí, que invierten aquí y que, con su esfuerzo, mantienen vivas nuestras calles. Cada compra en Avilés es una manera de apostar por la ciudad, por su economía y por su carácter.

Así que este Halloween —o Samaín, si quieres ponerte más ancestral—, sal a disfrutar del ambiente, déjate llevar por la magia de los escaparates y apoya a quienes hacen que Avilés siga siendo una ciudad viva, cercana y con mucha historia.

Porque en Avilés no necesitamos importaciones para celebrar la vida (ni para espantar fantasmas) ¿o si?.

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