Cuando se habla de sidrerías de Avilés, a mucha gente le viene a la cabeza lugares con años de tradición, trato cercano y un ambiente sin complicaciones. Espacios en los que no hace falta vestir de etiqueta, donde el culín corre sin prisa, pero sin pausa, y donde lo que importa es la comida que se pone en la mesa y el rato que se comparte.
En ese grupo hay que incluir, sin duda, a El Chigre de Perlito y El Rinconín de Perlito. Dos sidrerías de las de toda la vida, gestionadas por gente de aquí, que hacen las cosas con sencillez, sin fuegos artificiales, pero con atención a los detalles que realmente importan: que el cliente se sienta a gusto, que coma bien y que quiera volver.
Sidrerías de Avilés: El Chigre y el Rinconín de Perlito
Su historia arranca en 1975, cuando el padre de Chus, actual propietario, abre una de las primeras sidrerías de Avilés: la Marisquería Urriello, en la calle de la Cámara. Tenía solo 11 años cuando empezó a ayudar escanciando sidra y metiéndose poco a poco en el ambiente. Su madre cocinaba, la familia trabajaba unida y aquella primera etapa duró unos seis años.
Después de eso, el camino profesional se fue por otros lados. El mundo de la hostelería quedó en pausa durante muchos años. Pero el gusanillo siempre estuvo ahí.
El Chigre y el Rinconín de Perlito
Dirección: El Chigre de Perlito: Av. San Agustín, 9, Avilés
El Rinconín de Perlito: Calle González Abarca 10, Avilés
Instagram: @elrinconindelperlito
Facebook: elrinconindelperlito
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El reencuentro con la hostelería
Con el tiempo, conoció a Ana. Ella sí vivía la hostelería de verdad: le gusta, la disfruta y se mete de lleno en el trabajo. Fue con ella con quien surgió la idea de volver a intentarlo. Y la oportunidad llegó sola.
Uno de los locales disponibles era El Rinconín, un sitio muy vinculado a su infancia. El dueño era amigo íntimo de su padre, que había sido músico y director de la agrupación Sabugo Tentefirme. El local estaba justo enfrente del sitio donde ensayaba su padre, así que todo encajó.
El Rinconín de Perlito: sin gluten y sin complicaciones
Llevan más de tres años al frente de El Rinconín de Perlito, y aunque es una de las sidrerías de Avilés como otras, han apostado por un detalle que muchos valoran: toda la carta es sin gluten. Eso les ha traído clientela de muchos puntos, especialmente personas que buscan este tipo de oferta, más difícil de encontrar.
El resto es sencillo: cocina de casa, trato de tú a tú, y platos de temporada según lo que haya en el mercado, marisco fresco, paellas, platos de cuchara… Si hay un pescado bueno, lo ponen. Si no, no. Así de claro.
El Chigre de Perlito: el más nuevo de los dos
Hace unos meses decidieron lanzarse con un segundo local: El Chigre de Perlito. Otro paso más, con sus dificultades, pero también con la misma filosofía. Trabajan del mismo modo que con el Rinconín, con producto de temporada, sin complicarse. Si hay sardinas buenas, sardinas. Si no, pues lo que haya bueno, siempre para agradar al cliente.
Aunque no buscan premios ni viven de eso, es cierto que han llegado a la final del concurso del cachopo de Ternera Asturiana dos años consecutivos, todo un honor.
¿Y por qué “Perlito”?
En Avilés, como en muchos sitios, a las familias se las conocía por motes. La suya era la de “los Perlitos”, por los rasgos físicos de los niños: rubios y guapos, como decían por entonces. El mote venía del abuelo, siguió con el padre y ahora con él. Por eso, aunque mantuvieron el nombre original de El Rinconín, decidieron añadirle el “apellido”: El Rinconín de Perlito. Y luego, directamente, El Chigre de Perlito.
Sidrerías de Avilés con los pies en el suelo
Ni modernos ni antiguos. Ni de cocina de autor ni de menú cerrado. El Rinconín de Perlito y El Chigre de Perlito son dos sidrerías de Avilés a las que se va a lo que se va: a comer bien, a beber sidra. Con gente que está al frente, que da la cara, y que intenta que todo funcione como toca. Muy cerca del Rinconín, de camino a la iglesia de Sabugo, hay negocios que te recomendamos conocer como Exclusive Inmobiliaria.